Fontaine Propone Reforma al Impuesto a la Renta

El país está creciendo a menos de lo que lo haría si tuviera una mejor estructura tributaria. Me centraré en reformas tributarias de fácil implementación que tendrían efectos positivos en el largo plazo:

1.- Franquicias tributarias: los artículos 57 y 14 bis, DFL2, e IVA a la construcción- deben ser eliminadas. Todas éstas buscan incentivar la inversión y el ahorro, o la construcción. El problema es que distorsionan los precios de mercado y llevan a soluciones sub óptimas. Por ello es que sugiero incentivar directamente lo que se desea incentivar y no hacerlo indirectamente vía franquicias. El DFL2 hoy se ocupa para muchas segundas o terceras viviendas. ¿Es ese el objetivo? El IVA a construcción subsidia a este sector en desmedro de otros. ¿No sería mejor subsidiar directamente las casas habitación de los más pobres? Los artículos 57 bis y 14 bis buscan incentivar el ahorro y la reinversión. ¿No sería mejor hacerlo directamente, reformando la tributación general mediante un aumento del impuesto a las empresas a 35%, del cual 17% sería sobre la renta y un 18% adicional por repartos de utilidad? También debería permitirse a las personas naturales pagar una tasa máxima de 35%, igualándola a las empresas. Para las personas naturales, el impuesto debiera pagar de un 35% sobre lo que gastan de sus ingresos, y pagar sólo el 17% sobre montos ahorrados.

2.- Impuestos regresivos: los que más afectan a los pobres son aquellos que se aplican a los juegos de azar, a bebidas gaseosas, a los combustibles y el impuesto de timbres y estampillas. En efecto, las personas de menores ingresos gastan una proporción mayor de sus ingresos en estos ítems. Sugiero eliminar todos estos impuestos, salvo el impuesto específico a los combustibles, el cual sugiero igualar las tasas aplicada al diesel y a las gasolinas.

3.- Aranceles: el comercio es bueno para el país en su conjunto, haciendo que oriente su producción hacia sus ventajas comparativas con respecto al resto del mundo, produciendo más de aquellos bienes y servicios que produce más barato en términos relativos y menos de aquellos que produce más caro. Gravarlo con aranceles es entonces por definición nocivo. Por otra parte, el país ya tiene o está en vías de firmar acuerdos de libre comercio con 70% de la economía mundial. Eso implica que el 30% restante queda en desventaja, y por ello pueden dejar de venderle a Chile -exportar- ciertos bienes y servicios que ellos producen más barato que nuestros socios comerciales. Una rebaja unilateral de aranceles ayudaría a corregir el pernicioso subproducto que tienen los tratados bilaterales hoy vigentes, consistente en el mencionado desvío de importaciones desde países que sin aranceles pueden vendernos sus productos más baratos, hacia otros con productos más caros o de peor calidad pero que, debido a dichos convenios, entran a Chile sin aranceles. Lo bueno de esta rebaja unilateral es que beneficia a los consumidores sin perjudicar a los exportadores. Sugiero bajar la tasa arancelaria general del 6% al 1%, ojalá en forma inmediata y no gradual, el año 2007. Esta menor tributación arancelaria no tendría mayor impacto fiscal y beneficiaría a toda la población. La rebaja de aranceles generaría un aumento en el nivel del PIB a lo largo del tiempo cercano al 3%, el cual sería sólo una vez, es decir, el nivel del PIB será al cabo de unos años un 3% mayor “con la rebaja” que “sin la rebaja”.

El “costo” de estas medidas es una menor recaudación del fisco en el corto y mediano plazo, lo cual no es necesariamente un costo si es que ello conduce a eliminar proyectos, programas y gasto corriente ineficientes y disminuir las presiones por aumentos salariales excesivos de parte de los empleados fiscales, no sustentables en el largo plazo. Una disminución del superávit fiscal -que sería transitorio, pues el mayor crecimiento del país promovido por estas medidas más que lo revertiría en el largo plazo- es conveniente para Chile y para el Estado chileno. Además el gobierno central será acreedor neto en 4,3% del PIB al finalizar este año. Otro beneficio de esta disminución del superávit fiscal es que los gobiernos, actúan mejor y más responsablemente bajo la presión de tener que ceñirse a un presupuesto sin tanta holgura.

la columna de… Paul Fontaine

Reforma tributaria

Diario Financiero 20/10/2006

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