Publicado en Ene 27, 2010
Si bien los ingresos de los 15 casinos de juego concesionados que hoy están en operación muestran una tendencia creciente, la visión de los municipios donde estas salas se ubican no es muy entusiasta, ya que los aportes que debían percibir por concepto de impuesto al juego han sido inferiores a lo esperado. De acuerdo a la legislación actual, estos recintos deben aportar el 20% de los ingresos brutos por este concepto, los cuales van destinados en partes iguales a los gobiernos comunal y regional, que deben destinarlos a obras de desarrollo. La Superintendencia de Casinos de Juego (SCJ) calculó a inicios de 2009, que los ingresos por concepto de impuestos rondarían los US$ 33 millones ($ 17.000 millones actuales), monto que se alcanzaría al cierre del ejercicio, considerando que a noviembre las salas habían generado US$ 32,5 millones, de los cuales las municipalidades han recibido US$ 16,2 millones. Sin embargo, en el detalle surgen las diferencias pues el 35% de esta torta es generado por Monticello Grand Casino, que en el período señalado inyectó a las arcas de San Francisco de Mostazal más de US$ 5 millones. Con menos de la mitad de aporte figura en segundo lugar Marina del Sol, con un 13,6% e impuestos por US$ 2 millones para la municipalidad de Talcahuano. Los otros 13 gobiernos comunales donde hay casinos se reparten US$ 9,2 millones. Claro que la preocupación se extiende también a los operadores, que esperaban un flujo más interesante de visitas. El grupo Ivisa, de propiedad de la familia argentina Rosenzvit, que opera el casino de juegos del Pacífico, es uno de ellos. El recinto fue inaugurado en agosto y no está cumpliendo sus metas. «Comenzó bien en septiembre, pero no ha crecido de acuerdo a las expectativas», explicó el presidente del grupo Gabriel Rosenzvit. Según los datos de la SCJ, en septiembre...
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